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¿No logras lo que te propones? Miedos y barreras que encuentras a la hora de trabajar

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Miedos y barreras que te encuentras a la hora de trabajar

Si tienes en mente algún objetivo o reto es posible que te encuentres en alguna de estas situaciones:

– Ves como pasan los días y no avanzas en aquello que te has propuesto. Te sientes bastante bloqueado y no sabes cómo hacer frente a esta situación

– Te cuesta adquirir una rutina de trabajo productiva, especialmente si trabajas por tu propia cuenta sin jefes u otro tipo de restricciones.

– Tienes presente algún miedo que cada día te aleja más de tus objetivos y metas.

Sentirse bloqueado o encontrar obstáculos no es nada del otro mundo. Trabajar por tu propia cuenta conlleva una serie de ventajas, pero para mí tiene un inconveniente fundamental: no tienes a nadie que te diga lo que tienes que hacer.

A pesar de que esto puede ser positivo para todas aquellas personas que como a mí les cuesta recibir órdenes, en determinadas ocasiones puede ser improductivo si te sientes bloqueado ante lo que se te viene encima (en nuestro caso podría ser un nuevo proyecto o reto personal).

Por este motivo, en este post quiero mostrarte aquellos motivos que en alguna ocasión me han afectado y cómo he tratado de solucionarlos para diseñar un estilo de vida un tanto más productivo.

Obstáculos

Cuando tienes que llevar a cabo un proyecto una de las lecciones más valiosas que he podido aprender es que aquí no te encuentras ni en el instituto ni siquiera en la universidad.

Nadie va a venir a sacarte las castañas del fuego, y mucho menos te vas a encontrar con la respuesta a tus problemas al instante. Esto choca bastante a muchos de mis amigos que llevan años acostumbrados a que un profesor les de todo en la mano.

Por ello, cuando quieres sacar un proyecto adelante (por ejemplo, tu propio blog), te encuentras de frente con una gran enemiga llamada realidad. Aquí no tienes a nada ni nadie que te lo de todo hecho, por lo que llega un momento en el que los obstáculos y las decisiones comienzan a formar parte de tu día a día.

Además, ésta clase de barreras no son las únicas que te vas a encontrar. También existen otra clase de obstáculos que te llevan inevitablemente a la distracción.

Esto no es nada malo. Todo el mundo necesitamos desconectar y llenarnos de distracciones, pero siempre en el momento adecuado.

Es más, desde el primer momento deberías saber que enfocarse en ser 100% productivo en todas las horas que estés despierto es el mayor de los absurdos.

Para mí, existen X tipos de obstáculos que nos impiden avanzar en nuestros objetivos o nuestra empresa:

– Obstáculos informativos

– Obstáculos económicos

– Obstáculos personales

– Obstáculos lúdicos

El peor enemigo que puedes encontrar: tú mismo

Es algo realmente curioso, pero en muchas ocasiones nos enfrentamos a un problema de nuestro día a día y no llegamos a conocer cuál es la causa que lo origina.

Pasamos días bloqueados, sin saber exactamente qué es lo que debemos hacer o totalmente aturdidos por algo que nos preocupa.

Y, sin embargo, pocas veces nos damos cuenta de que nuestro mayor obstáculo lo tenemos más cerca de lo que pensamos: somos nosotros mismos.

Seguro que en más de una ocasión no has dejado de ponerte excusas cuando tenías que preparar algo importante:

– Los días antes de hacer un examen comenzaban a surgir cientos de excusas para convencerte a ti mismo de que no eras capaz de comprender el temario del que te ibas a examinar.

– Antes de una entrevista de trabajo pensabas que nunca ibas a ser capaz de desarrollar bien tu futura labor.

– Al sacar un nuevo producto o servicio a través de tu blog has estado dando vueltas y más vueltas o poniéndote excusas antes de comenzar a trabajar en el mismo.

A las personas nos encantan poner excusas. Lo hacemos a diario y en parte es la barrera que nosotros mismos creamos para no sentirnos tan mal por no desarrollar unos hábitos productivos en el trabajo.

Sin embargo, lejos de pensar que todos estos contratiempos que decimos que suceden son realidad, lo que ocurre realmente es que estamos adoptando una mentalidad de auto-sabotaje para todo aquello que hacemos.

Y esto, a la larga, se convierte en una tendencia que es bastante difícil frenar.

Miedo al fracaso

Si el auto-sabotaje es algo a lo que recurrimos con bastante frecuencia para evitar sentarnos a trabajar, existe un detonante mucho más potente a tu falta de productividad en aquello que haces.

Cada vez que inicias un nuevo proyecto o te enfrentas a un reto que te obliga a salir de tu zona de confort te inunda una sensación de fracaso de la que es realmente difícil librarse.

Es algo que te habrá pasado más de una vez. A veces es realmente difícil lanzarse al vacío cuando te encuentras con una situación a la que no te has enfrentado nunca.

– Durante las dos semanas antes de dar mi primera conferencia recuerdo que estaba tan preocupado por no fracasar delante de aquellas personas que me iban a escuchar que me acabó originando un bloqueo que no pude solucionar hasta dos días antes del evento.

– Algunos amigos con los que salgo a correr o montar en bici han estado a punto de echarse para atrás en una carrera que les hacía realmente ilusión correr por el miedo al qué dirán si no consiguen la marca que esperaban.

– No es la primera vez que no he decidido llevar a cabo algo diferente en blog durante los primeros meses de vida por miedo a que no tenga buena aceptación o incluso por tener un par de opiniones negativas.

La sensación de estar trabajando en algo durante mucho tiempo para acabar fracasando es algo a lo que es bastante difícil de hacer frente. Por mucha mentalidad que tengamos para afrontar estas situaciones, nadie puede librarse de que estas ideas ronden por su cabeza.

Sin embargo, y aunque suene al típico párrafo motivador de cualquier blog de desarrollo personal, el fracaso siempre es algo bastante relativo.

Es cierto que la conferencia a la que me tuve que enfrentar no fue la mejor del mundo. El público salió contento a pesar de los nervioso que estaba. En ese sentido, haberle dedicado tantas horas para prepararla y que luego nos salga todo lo bien que esperaba siempre deja una sensación de malestar.

Sin embargo, aprender unas cuantas lecciones sobre cómo realizar tu próxima conferencia o ver como verdaderos profesionales de hablar en público se acercan a ti para darte sus consejos es algo que nunca podría haber aprendido si el miedo al fracaso me hubiera impedido hablar en público.

No saber por dónde empezar

Cuando tuve que empezar a ponerme manos a la obra con el nuevo diseño del blog me encontré con un pequeño problema: no tenía ni idea de programación o diseño web, por lo que rediseñar el blog iba a costar más de lo que pensaba si quería conseguir el aspecto que tenía en mente.

Uno de los mayores obstáculos que tienen muchos emprendedores es no saber cómo empezar. Por ello la mayor parte de las ideas que surgen nunca acaban llevándose a cabo.

Lo que es evidente es que desde la idea hasta la práctica hay un gran camino por delante, y el simple hecho de pensarlo ya es un motivo lo suficientemente fuerte como para frenar a muchas personas.

Es cierto que no existe una solución común a aquello que frena a muchas personas antes de empezar, pero en la mayoría de casos esto sucede debido a que no sabemos exactamente lo que queremos antes de empezar a hacer algo.

Y cuando digo que no sabemos lo que queremos me estoy refiriendo a que no tenemos unos objetivos y, por tanto, una estrategia que llevar a cabo para lanzar aquello que tenemos entre manos.

Para mí, este ha sido uno de los mayores bloqueos que me surgen siempre que tengo que hacer algo diferente, pero nunca debe ser suficiente motivo como para impedirnos hacer algo.

En el mundo del blogging, por ejemplo, sucede algo exactamente igual. Algunos amigos de mi pueblo han querido pasarse al mundo del blogging tras ver que yo no paraba de hablar del mío.

Creían tener una buena idea, y a pesar de que intentaba ayudarles en todo lo que podía, nunca eran capaces de crear un blog porque encontraban un obstáculo para cada paso que tenían que dar.

Además, siempre surgía un compañero de viaje bastante molesto que te cuento en el siguiente punto y que les retrasaba en todo aquello que tenían que hacer.

Procrastinar

Exacto, aquello que impedía a mis amigos lanzar su blog era algo tan habitual y que nos sucede a todos a diario como ir retrasando todo aquello que tenemos que hacer.

Procrastinar es algo de lo que ya te he hablado en más de una ocasión en el blog y que perfectamente podría ser la palabra que defina todos los ítems que te he ido comentado a lo largo de este post.

Para mí, existen dos formas principales de procrastinar:

– Debido a las distracciones que nos encontramos a la hora de trabajar, como pueden ser las redes sociales o algún conocido que nos secuestre para tomarnos un café con él.

– Debido al miedo al fracaso, algo de lo que te he hablado antes y que inevitablemente nos lleva a ir retrasando proyectos cada vez con más frecuencia para no hacer frente al lanzamiento de aquello que tenemos en mente.

– Debido a que no somos capaces de adoptar una mentalidad productiva a la hora de lanzar un nuevo proyecto, lo que nos lleva a dejar de lado algo que nos hace ilusión por el simple hecho de toda la cantidad de trabajo que se nos viene encima.

Como puedes suponer, las distracciones es algo que no me preocupa en exceso. Siempre están ahí y no es demasiado complicado eliminarlas con algo de conciencia. En estos casos es tan simple como bloquear las redes sociales o apagar tu móvil para evitar ver Facebook cada 5 minutos o no quedar con un amigo hasta que hayas acabado de trabajar.

Combatir el miedo al fracaso es algo de lo que ya te he hablado antes. Se trata de algo realmente difícil de superar o hacer frente, pero con una mentalidad fuerte creo que se puede conseguir vencer este lado de la procrastinación.

Pero en el caso, por ejemplo del blogging, lo que sucede a muchas personas es que no acaban de lanzar su blog o lo abandonan a los pocos meses de vida debido a que no quieren pasar por una carga de trabajo adicional para la que se verían obligados a sacrificar otros aspectos de su vida.

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Estos son los principales miedos que te encontrarás a la hora de crear un flujo de trabajo productivo que te acerque a tus objetivos.

Como ves, no se trata de los simples problemas como utilizar en exceso las redes sociales o no tener las herramientas adecuadas, sino que son puntos por los que cualquier personas puede pasar en cualquier momento de su vida.

¿Te has enfrentado alguna vez a alguno de estos puntos cuando has lanzado un proyecto que tenías en mente?

¿Qué es aquello que te ha permitido superarlo o qué barreras te has encontrado durante el camino?

¡Espero tu comentario!

 

Photo Credit | Flickr

¿No logras lo que te propones? Miedos y barreras que encuentras a la hora de trabajar ha sido publicado originalmente en el blog de Alejandro Caballero. Puedes conectar conmigo a través de Twitter, Facebook y Google+.


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