Llega un momento en el que tienes que priorizar. Y a mí eso es lo que me ha sucedido durante esta última época de exámenes.
Tanto cansancio no podía ser bueno, por lo que tratar de llevar el blog mientras tenía seis exámenes en 10 días era una completa locura. Por ello he estado unos días sin publicar. En muchas ocasiones, descansar del blog es totalmente necesario para venir con las ideas más claras y con más fuerzas para seguir escribiendo.
Este es un post que estaba escribiendo durante la época de exámenes y que por fin, hoy, puedo volver a retomar para publicar en el blog. Ahí va.
Me encantan los descansos en época de exámenes en la biblioteca. Es el único momento de relax en el día, y donde realmente puede hablar con mis amigos de otros temas que no sean relacionados con la universidad.
Pero entre todas nuestras conversaciones sobre fútbol, chicas y festivales, de vez en cuando sale alguna conversación sobre nuestro futuro que me hace replantearme mi forma de pensar.
En todas estas conversaciones nunca podía imaginar que podría tener tanta variedad de opiniones con personas con las que convivo todos los días.
Durante los últimos años he cambiado radicalmente mi forma de pensar, e incluso me he vuelto mucho más crítico con todo lo que me rodea. Es por eso que hablar con personas que tienen una visión del futuro totalmente similar o totalmente contraria a la tuya te hace darte cuenta de muchos detalles que es imposible verlos desde tu propia perspectiva.
Pequeños matices o grandes diferencias en creencias con otras personas que te hacen reflexionar sobre si tu forma de vivir es la más adecuada o no.
Y, lo más importante, te obliga a darte cuenta de que tu forma de pensar no es la única en el mundo. Y tampoco la más válida. Simplemente unas opinión más que es tan correcta o errónea como tú mismo creas que lo es.
Podría decir perfectamente que este post quiero que represente mi forma de pensar. Pero te estaría mintiendo completamente. Es la forma de pensar de 4 personas con formas de vivir y de afrontar el futuro de modos completamente diferentes y muy similares a la vez.
Por esto, quiero dar las gracias a Abilio, Juanra y Martín por darme las ideas para escribir este post. Espero que lo lean, aunque se de sobra que más de uno no abre ni mis newsletters. ¡Allá vamos!
El éxito es un concepto relativo y no tiene por qué encontrarse en emprender
Siempre he dicho que el éxito es un concepto relativo. Lo que para mí puede ser alcanzar el éxito para ti puede que sea algo insignificante o viceversa.
Aún así, moverme en el ambiente emprendedor en el que siempre me muevo me había hecho tener la sensación de que tener éxito estaba asociado a crear un negocio y llegar con él a ser una empresa reconocida en tu sector.
Esto es, en parte, porque siempre tendemos a asociar el concepto de éxito y emprender al riesgo, lo cual inevitablemente nos lleva a pensar que solamente aquellos que arriesgan son más admirados por los demás.
No obstante, algo de lo que me he dado cuenta es que muchas personas no quieren (y quizás no necesiten) emprender, por lo que para ellos el éxito es un concepto relativamente diferente.
Y lo mejor de todos es que todas las opciones son perfectamente válidas. Tanto crear un negocio de éxito como destacar en tu empresa puede ser sinónimo de éxito, y esto siempre es en función de lo que cada persona entienda por este concepto.
Todas las personas con éxito tienen algo en común: aceptan fallar y han fallado en más de una ocasión
Tengas la visión que tengas del éxito. Sea lo tuyo emprender o trabajar para una empresa. Existe algo que tienen en común todas (o casi todas) las personas que tienes a tu alrededor y que han logrado algo importante en aquello que hacen.
Ese algo que tienen en común es el fallo.
Exacto, algo de lo que todos huimos es una de las claves que se esconden detrás de este concepto. Y es que emprender un proyecto de cero y llevarlo a la cima, o tal vez ser empleado y llegar a desempeñar un papel en tu empresa que ayude a miles de personas no es algo que suceda de la noche a la mañana de primeras.
En estos casos, lo mejor que te puedo recomendar es que pierdas poco a poco el miedo al fracaso. Muchas personas suelen dejar de lado sus proyectos (o incluso ni los empiezan) porque temen fallar en aquello que hacen, cuando este es el mayor error que puedes cometer en una época en la que lanzar algo nunca ha sido tan sencillo y con tan pocos riesgos.
Emprender no es la solución para todas las personas, ni tiene por qué serlo
Si miras a tu alrededor, seguramente conozcas a alguien de tu entorno que haya lanzado algún proyecto o negocio. Del tipo que sea.
Emprender está de moda, y parece que a día de hoy cualquier tiene que emprender. Yo lo llamo la fiebre del emprendedor, y es que desde hace un par de años nos están inculcando la idea de que el emprendedor es una especie de superhéroe del siglo XXI. Siéndote honesto, emprendo porque es algo que me gusta, pero el ambiente que ronda detrás de este mundo vive demasiado del postureo y poco de los hechos.
Ahora hecha otro vistazo a tu alrededor. Un ingeniero que ha proyectado una creación impresionante o un médico que ha descubierto la cura de una enfermedad no han emprendido en ningún momento y sin embargo son tremendamente felices con su trabajo y han alcanzado el éxito en lo suyo.
Lo quiero decirte es que no te dejes contagiar por la fiebre del emprendedor. Quizás en el trabajo de tus sueños no sea posible emprender, y no por ello tienes que pensar que esta debe ser la solución para tu futuro.
Una carrera universitaria no aclara para nada tu futuro laboral
Cuando iba al instituto siempre pensaba que una carrera universitaria era una puerta abierta a la vida que siempre habías querido tener. Era aquello que te permitiría tener acceso al trabajo de tus sueños y que, por tanto, era totalmente necesario tanto si querías tener éxito como disfrutar de una buena vida (especialmente en términos económicos).
Sin embargo, mi visión desde el instituto hasta ahora ha cambiado considerablemente y en parte es porque me he estrellado con algo llamado realidad.
Lo cierto es que llegas a la universidad y nada es lo que parece: en tu carrera no ves artefactos impresionantes sino clases demasiado teóricas, tu futuro laboral no aparece a tus ojos tras ver y estudiar las primeras asignaturas y, por supuesto, las fiestas universitarias no son como una película de American Pie (si estás a punto de entrar a la uni, siento joderte con este último punto).
Otra vez más, hablando con mis amigos, me he dado cuenta que ninguno tiene claro qué es lo que quiere en el futuro. Es más, ni siquiera hacia que rama de la ingeniería quiere orientarse y eso que llevamos 3/4 partes de la carrera terminadas.
La universidad, y en general el sistema educativo, enseña pero no te ayuda a orientar tu futuro laboral. Y este, para mí, es uno de los grandes errores que ha llevado a engordar las listas del paro y a que cada vez más personas no sepan lo que quieren hacer con su futuro.
No todos aguantamos tener jefe, pero hay personas que se sienten cómodas en esta situación
Siempre he odiado que me manden. En lo que sea. Es una sensación que detesto desde que era pequeño y es por eso que tener jefe es algo con lo que no podría lidiar.
No obstante, no todo el mundo tiene la misma mentalidad ni temperamento que yo. De mis tres compañeros con los que estudio, uno de ellos tiene la misma mentalidad emprendedora que yo, pero los otros dos se sienten muy cómodos bajo el rol de empleado y es algo que según ellos buscan cuando acaben la carrera.
¿El motivo? Muy sencillo. Cuando emprendes, tu salario es de todo menos estable. No tienes a nadie que te garantice cuánto vas a cobrar todos los meses, ni siquiera si vas a cobrar. La estabilidad económica que te proporciona ser empleado es algo mucho más valorado por la gran mayoría de personas, por lo que esta situación de comodidad y estabilidad es algo muy apreciado en los tiempos que vivimos.
Aún así, cada vez somos más los que buscamos el riesgo en nuestro trabajo. Opciones, a día de hoy, existen muchas para elegir.
La universidad no te aporta los conocimientos necesarios a la hora de trabajar
La enseñanza universitaria, al menos en España y en ingeniería, no es nada práctica. La gran mayoría de profesores son investigadores, y es por ello que tienen un cierto afán por tratar de descubrir todo el significado teórico en lugar de prepararte para el mercado laboral.
Esto hace que siempre vayamos con cierto retraso, y quizás también sea el motivo por el que algunas profesiones no se valoran todo lo que se tendrían que valorar en este país.
Si nos pasáramos a preguntar por la universidad cuantos universitarios se ven capacitados para desempeñar su trabajo al mismo salir de la carrera, seguramente la gran mayoría te contestaría que no sabe por dónde empezar. Y esto, en pleno siglo XXI y con todas la competencia que existe, es algo que anula todas tus posibilidades de destacar a corto plazo.
Vivimos en una economía altamente competitiva donde un título no soluciona nada
Antes te he mencionado que existe una fiebre por emprender en este país. Pero no es lo único por lo que se obsesionan muchas personas.
Existe un mal todavía mayor. La titulitis. Exacto, esa especie de adicción por conseguir títulos y más títulos como si de una vitrina con los títulos de Liga que el F.C. Barcelona o el Real Madrid tuvieran en sus respectivos campos.
No obstante, lo que muy pocas personas se paran a pensar es que en una economía tan altamente competitiva como la que vivimos, un título y tres másteres no te aseguran nada. A día de hoy la forma de buscar empleo ha cambiado totalmente, y si es cierto que todavía existen algunas profesiones que funcionan por los títulos o los enchufes, muchas áreas ya están cambiando su forma de descubrir profesionales.
¿La conclusión de todo es?
Siempre me gusta escribir una conclusión al finalizar cada post. Sin embargo, en esta ocasión, se me hace realmente difícil decir algo.
La realidad es que la estabilidad ha desaparecido, y los conceptos de empleo y éxito están cambiando tanto que es imposible decir qué es lo más conveniente a día de hoy.
Seguir lo corriente puede funcionar en la mayoría de ocasiones, pero alcanzar el éxito es realmente complicado. La universidad no te garantiza nada, de la misma forma que emprender tampoco lo hace.
Por ello, me gustaría conocer tu opinión…
¿Cuál es tu punto de vista sobre el éxito y la universidad? ¿Qué vía has tomado tú?
¡Espero tu comentario!
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¿Construir tu futuro profesional? 7 conceptos sobre el éxito y la universidad que debes conocer ha sido publicado originalmente en el blog de Alejandro Caballero. Puedes conectar conmigo a través de Twitter, Facebook y Google+.