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La crisis de la universidad o por qué la educación avanza en sentido contrario a la sociedad

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Crisis de la universidad

Algo no funciona.

Todo una vida alentándote para buscar la estabilidad solamente sirvió para endurecer la caída al chocarte con un muro llamado realidad.

La universidad se ha convertido en la gran mentira del siglo XXI. La educación ha pasado de ser formación para muchos a ser dinero para unos pocos.

Lo cierto es que una vez nos hemos topado con la realidad comprendemos que la universidad actual esté en un continuo proceso de degradación.

Algo que, años atrás, no supimos ver.

1. Nos han hecho creer que una carrera universitaria es sinónimo de éxito

No te voy a engañar al decirte que hace años era la primera persona que creía que la universidad es sinónimo de éxito y que una carrera era el primer paso para tener una vida estable.

Es cierto que muchos profesionales con cierto prestigio a día de hoy tienen una carrera universitaria. Y no nos engañemos, existen determinadas carreras por las que es completamente necesario pasar si quieres formarte en una profesión.

Pero lo que nadie me podrá negar es que, a día de hoy, tener una carrera se ha convertido en tener un currículum en una montaña de papeles. Al menos mientras dure esta situación de crisis.

2. La sociedad ha cambiado a un ritmo que la universidad no ha podido seguir

Fíjate en los cambios que se han producido en los últimos 20-30 años. La sociedad prácticamente se ha hecho a sí misma después de superar unas cuantas situaciones complicadas y adaptarse a todos los avances que han sucedido en los últimos años.

Sin embargo, la universidad avanza a un ritmo completamente diferente. Vale que los medios y la tecnología han llegado a todas las aulas, pero para mí lo que realmente es sinónimo de adaptarse es un cambio en los valores de la enseñanza. Y creo que es algo que en la universidad no se está potenciando.

3. La educación ha pasado de ser una necesidad básica a ser un negocio

La realidad a día de hoy es que el precio por estudiar se está incrementando a un ritmo muy superior al que lo hace nuestro nivel de vida. Eso sumado a la disminución de salarios que ha ocasionado la crisis ha conseguido que estudiar a día de hoy sea un privilegio para muchos.

El precio de una matrícula universitaria a día de hoy rondará los 1.500 euros. No hablaré de precios de másters debido a la gran variedad que existe, pero por supuesto se incrementa de forma notable en todos los casos.

Y aunque es cierto que es un precio económico si tenemos en cuenta las horas lectivas y el coste de mantener abierta la universidad, me parece desproporcionado cuando se trata de un servicio público.

El problema sucede cuando un bien para la sociedad comienza a generar más ingresos de los previstos. Algo que ha sucedido irremediablemente en la universidad y que la ha acabado convirtiendo en negocio para unos pocos.

Si no me crees, busca en Google el número de universitarios que existen en España a día de hoy y el precio medio por matrículo. Multiplica y podrás ver el negocio que existe detrás de las universidades.

Esta situación, para el caso de una familia en una situación de desempleo, hace que sea prácticamente imposible dedicar parte de su dinero a que sus hijos tengan acceso a la educación.

La privatización de la educación, ahora más que nunca, se está convirtiendo en una realidad.

4. Un estudiante sale de la universidad más perdido de lo que entra

Cuando entré a la universidad hace unos dos años y medio tenía más que claro cuáles eran mis objetivos: formarme en una carrera que me permitiera acceder a un máster que, más tarde, me derivara en un trabajo en el mundo de la Fórmula 1. Era mi sueño desde pequeño.

A día de hoy, no tengo claro qué es lo que voy a hacer cuando acabe la carrera. Ni siquiera si haré un máster o en que sector tengo en mente trabajar.

Y como yo muchas personas todavía siguen indecisas con respecto a lo que harán una vez hayan acabado la universidad.

La universidad solamente te enseña unos conocimientos básicos de las distintas ramas relacionadas con lo que estudias. No te enseña la capacidad de decisión o la habilidad de enfrentarte al mundo laboral.

Simplemente, y como dicen muchos profesores, te enseñan los conocimientos teóricos básicos para que el día que tengas que trabajar, no andes tan perdido en una profesión.

Esa profesión, claro está, no la aprenderás nunca en la universidad. De ahí que muchos jóvenes salgan todavía más perdidos cuando acaban sus estudios.

5. Se transmite un conocimiento mediocre y poco adaptado a los tiempos en los que vivimos

Antes de nada, quiero dejar claro de que soy defensor de que a día de hoy existen muchas personas que se dedican en cuerpo y alma por ofrecer la mejor información que tienen entre sus manos.

Sin embargo, la realidad es que en la gran mayoría de ocasiones la información que se proporciona en la universidad deja bastante que desear en el sentido de que, una vez más, no está adaptada a los tiempos en que vivimos.

No culpo a nadie en concreto, pero la educación que se proporciona no está alineada con el nuevo mercado competitivo al que nos enfretamos y eso se traduce en la falta de habilidad o conocimientos que en España encontramos con respecto a otros países de la Unión Europea.

6. La educación se encuentra industrializada

Ya no hay nadie que destaque. No hay nadie que de un paso al frente.

Desde el primero momento en que entras a la universidad no te enseñan a pensar por tu propia cuenta. Más bien, tratan de mostrarte que siguiendo siempre unos pasos definidos y el camino “adecuado” podrás desenvolverte de forma medianamente aceptable en tu futuro trabajo.

¿Has escuchado alguna vez hablar de la época de nacimiento de las cadenas de montaje? Si, aquellas en las que un trabajador tenía una única función que debía cumplir a la perfección durante años.

La universidad se ha convertido en algo realmente parecido. Se ha industrializado tanto el conocimiento que se aporta que ha llegado un punto en el que es realmente difícil apostar por nuevas vías de cambio.

7. Un título y un máster no te da acceso absolutamente a nada

El éxito es un concepto altamente relativo y, a pesar de que todavía sigue en muchos la creencia de que una carrera universitaria es sinónimo de éxito, la realidad actual todavía es más dura que esta simple afirmación.

Nuestra obsesión por alcanzar un título ha llegado hasta tal punto que en mi propia carrera tienes dos opciones: o haces un máster para que te otorgen el título de ingeniero industrial o no eres absolutamente nada. Así de claro.

A día de hoy todavía seguimos inmersos en que conseguir un título es fundamental para optar a un trabajo de calidad. Y, otra vez más, la realidad ha dejado en evidencia lo que muchos defendía con cuchillo en mano.

Tener un simple título o un currículum con dos carreras y un máster ya no son sinónimo de encontrar trabajo seguro.

Tener una actitud proactiva y crear un negocio que se adapte a tus posibilidades está dejando en evidencia que si es posible luchar contra la falta de título.

La inestabilidad es la nueva estabilidad.

##

Se que este artículo es muy subjetivo y es muy posible que estés totalmente en desacuerdo con algunos puntos que menciono en este post. De la misma forma que pienso que muchas personas se sentirán totalmente identificadas con lo que cuento.

Por eso quiero hacerte unas preguntas:

¿Crees que la universidad se encuentra en un proceso de crisis? ¿Cuál es la alternativa por la que optas en un mundo en el que tener una carrera ya no es sinónimo de éxito?

¡Te leo en los comentarios!

Photo Credit | Flickr

La crisis de la universidad o por qué la educación avanza en sentido contrario a la sociedad ha sido publicado originalmente en Alejandro Caballero. Puedes seguirme también en Twitter, Facebook y Google+.


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